lunes, 18 de febrero de 2013

Una nueva etapa

Pronto además de las conocidas experiencias relacionadas con el cultivo de plantas carnívoras, la huerta, peces y abejas.
Un nuevo tema estará presente en el blog, el cultivo de tejidos, específicamente con las plantas carnívoras!

viernes, 15 de febrero de 2013

Los cultivos de este año

Finalmente, también este año, tras permitir un descanso al terreno por varios meses, durante la época más seca, cambié las tradicionales zanahorias por plantas del género Allium, es decir, ajo y cebolla. En estos momentos, los ajos descansan bajo tierra debido a su último crecimiento hace algunos meses, y que al verse un poco desenterrados logré ver que sí han aumentado de talla, y espero este año cosechar unas 2 cabezas y sembrar todas las demás nuevamente, ya que es ajo criollo, del cual no se venden semillas.


La cebolla plantada es cebolla café, de la normal que se consigue en Costa Rica en forma de almácigo, y mientras ellas crecen, sembré mi propio almácigo, semillas de tomates amarillos, morados y 5 variedades de frijol, una de ellas que presenta una enorme resistencia a todo tipo de hongos dañinos, con frutos pequeños pero ligeramente abundantes. Además una cebolla blanca que compré hace casi 2 años ya casi culmina su ciclo de crecimiento y podrá ser dividida nuevamente.
Además, las plantas de lechuga americana y Allium schoenoprasum crecen con rapidez en las cercanías de la huerta.

Ojo de buey

El ojo de buey, una enredadera tropical, que desde muy pequeño he conocido, pero únicamente como semillas secas en bisutería tropical, ahora finalmente, desde el año pasado que logré sembrar la planta, pude realizar su primera cosecha, tras la cual finalmente pude cortarla para sembrarla en un sitio mucho más adecuado, es una planta de bellos colores, hojas coriáceas y tallos muy pubescentes, que finalmente tras una larga espera otorga este gran premio de semillas de gran belleza y dureza.

sábado, 9 de febrero de 2013

Viaje al cerro de la muerte (o Buenavista)

Recientemente, y al igual que hace un par de meses, realicé un viaje al Cerro de la muerte, con propósito de buscar arándanos en las muchas calles aledañas que se encuentran por la zona, y por fin en esta ocasión fueron encontrados, mas la cámara no me acompañó en ese viaje sino hasta la siguiente parada, donde se realizó una caminata por los cientos de atractivos gratuitos que posee el macizo. Esta vez, su cima.

 El viaje comenzó visitando el pintoresco pueblo de La Estrella justo bajo uno de los nuevos proyectos eólicos de la zona (Los Santos). Se continuó por la carretera interamericana y se encontraron los arándanos (que convertí en una deliciosa jalea) y llegué al siguiente atractivo

 El famoso domo volcánico justo al lado de la carretera, este, según inclusive personas de la zona, si era un antiguo volcán, pero a lo que a mi respecta, sus paredes semejan una cantera abandonada utilizada en la construcción de la propia carretera, sin embargo, libros dedicados al tema mencionan que si existe un domo volcánico por la zona.

 Acaena cylindristachya

 Se continuó el viaje y se llegó a la cima del cerro, un lugar cercano a muchas antenas de radio y televisión que sin embargo trata en sus cercanías de preservar la flora y fauna local, entre lo que se encuentran plantas de una muy agradable apariencia, muchas aves y colibríes e inclusive pequeñas lagartijas.

 Una de las plantas más comunes es el Lycopodium clavatum.

 Otras sin embargo poseen una apariencia de árboles bonsai con muchas flores.

 El camino hasta la cima se encuentra bien demarcado, empinado y a esa altitud, a cualquiera termina por sacarle el aliento aún caminando.

 Lycopodium annotinum toma una forma muy similar a una especie de pino en estas altitudes.

 La cobertura de Lycopodium clavatum en algunos sectores del suelo crea paisajes muy llamativos.

 Además, para quienes tienen algo de experiencia en la escalada de rocas, por la zona se encuentran algunas salientes atractivas para su escalada, como esta, que se puede ver en esta foto y las siguientes 2.

  En muchos sectores se encuentran llamativos parches rojos de musgo sphagno que debido a la alta irradiación ultravioleta de la zona (que lo diga mi cara) se torna de un intenso color rojo y crece de manera mucho más compacta que el encontrado en altitudes menores.

 Y para culminar la aventura, un rato de relajación y una pequeña merienda a orillas de una turbera de altura.